Agustín Losaga lleva desde que salió el sol en la mañana de este Día de los Difuntos (o Día de los Muertos en otros países) recorriendo el Cementerio de Amador, ubicado en el barrio del Chorrillo, uno de los más pobres y conflictivos de Ciudad de Panamá, cargando un cubo de pintura blanca con una brocha usada, pero solo consiguió arreglar una sepultura.
"Este año está duro, más que una piedra. Antes había que formar fila y hoy está solitario. Llevo desde las seis de la mañana y sólo me he podido ganar cinco dólares con un trabajo", cuenta a Efe Losaga, quien lleva cinco años acudiendo a trabajar de manera informal en este día y está sorprendido por la poca asistencia en este 2021.
En el histórico cementerio, abarrotado de tumbas corroídas por las humedad donde descansan expresidentes, políticos, militares, escritores y centenares de panameños, hay poco público, menos que otros años según comentan los escasos presentes, en otro Día de los Difuntos marcado por la covid-19 y el severo golpe a la economía por la pandemia.
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Por los estrechos caminos que hay entre las sepulturas, caminan más personas como Losaga, muchos de ellos menores de edad, sobre todo niños, arrastrando cubos de pintura y otros con utensilios para limpiar, en un intento de conseguir algo de sustento en este atípico día.
"Otros años a esta hora ya tenía al menos cuarentena o cincuenta dólares", relata Losaga, albañil de profesión, quien apresurado junto con su hijo canta sus servicios a los familiares que entran al cementerio, ofreciéndoles pintar, limpiar y arreglar los sepulcros.
Para Tamara de León esta es la primera vez que cambia el motivo de su visita al cementerio: este año limpia tumbas, los anteriores ponía flores a su madre.
"Es la primera vez que me dedico a esto porque no tengo empleo y la situación está dura. Tenía que hacer algo para llevar el sustento a la casa. Solo he limpiado una por dos dólares porque no pongo precio, es lo que su corazón quiera darme", cuenta.
Relata que en los años anteriores que iba a poner flores a sus familiares "estaba esto lleno", pero "se ve que no hay dinero porque si la gente tuviese empleo vendrían a limpiar".
"Es la primera vez que veo el cementerio así (...) siempre he venido, pero no a trabajar", añade.
Panamá aún atraviesa los efectos de la pandemia en su golpeada economía: el año pasado se registró una caída del 17,9 % del producto interno bruto (PIB), un desempleo que llegó a 18,5 %, la tasa más alta en 20 años, y la informalidad laboral escaló al 52,8 %.
Sin embargo, la productividad ha comenzado a reactivarse y, según las estadísticas oficiales, el PIB creció un 10 % en el primer semestre de este año, mientras que el desempleo se situó en el 14,5 % y las previsiones de organismos internacionales estiman que la economía de Panamá crecerá entre un 8 % y un 12 % este 2021.
Este Día de los Difuntos también se celebraron actos protocolares, organizados por el Gobierno, con la presencia de autoridades locales y gubernamentales.
"Este año, ha habido poca concurrencia precisamente para cumplir los protocolos de bioseguridad (...) creo que es el efecto está de viaje y los eventos han sido simultáneos", dijo a Efe la vicealcaldesa de Panamá, Judy Meana.
Panamá, con 472.736 contagios y 7.317 fallecidos acumulados por la covid-19, mantiene la pandemia con una tendencia sostenida a la baja de nuevos casos y de hospitalizados por el virus, que marca una tasa de positividad menor al 5 %, lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se considera un parámetro de control pandémico.
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